martes, 12 de febrero de 2013

LA ZORRA Y LAS UVAS

         Empezamos hoy el día leyendo una fábula escrita hace “tropemil” años (600 a.C.) por un tal Esopo. “Un griego de Grecia”.

         Aquí os dejamos una imagen para que la leáis con nosotros.


         Trata sobre el autoengaño, ese mecanismo de defensa que tenemos todos los seres humanos de nuestro amor propio (ego) para evitar “el ridículo de nuestros propios errores y carencias” y dibujar “una realidad a la carta” menos frustrante.

         Cuando estas “atrapado en el consumo” no quieres hacerte cargo de la situación, te autoengañas y “pasas del tema”. Eso desemboca en recaídas cada vez más fuertes y justificaciones tan equivocadas como negar nuestra propia dependencia.

         La dependencia nace, crece y muere en el autoengaño (entre otros muchos ingredientes) y a éste le alimentamos:
-      Porque nos da vergüenza reconocer que somos adictos,
-      Porque está mal visto socialmente (aunque al principio, cuando eres joven te crees el más “guay” porque eres el que más “pastillas se ha comido”, “coca se ha puesto” o alcohol ha bebido,
-     Porque no encontramos otra manera de alimentar nuestro ego destrozado,
-      Pero sobretodo porque, desgraciadamente, nos gusta lo que hacemos, no nos interesa reconocer nuestro(s) problema(s) y no queremos “bajarnos de la burra” hasta que no te ves en el “fondo del pozo”.
          
Y así es como continuamos justificándonos, “mintiendo para descartarnos”; a los demás, pero, sobre todo a nosotros mismos.

La moraleja de la fábula es que a menudo los seres humanos fingimos despreciar aquello que secretamente anhelamos y que sabemos inalcanzable seguramente para evitar la frustración de no alcanzarlo.

De ahí que la vida “normal” nos parezca, a veces, anodina y aburrida y de la desidia pasemos a volver a consumir o plantearnos controlar con ello. Pero detrás de eso no hay más que autoengaño y orgullo negativo.

Ese orgullo es lo más negativo que puede aparecer en tu vida, sobre todo cuando está construido sobre el autoengaño. Construyamos, entonces, un orgullo positivo, el mismo que sentimos ahora que estamos tomando las riendas de nuestras vidas.


2 comentarios:

  1. No os rindáis en llegar hasta las uvas. Siempre, todo lo deseado y todo buen camino cuesta lo suyo, pero no solo para vosotros, sino para todos, por ello no sois menos. A unos siempre les cuesta más y a otros en menor medida, pero con la insistencia, el optimismo, el esfuerzo y las ganas, se consigue lo que se quiere. Para ejemplo de ello y con personas que seguro conoceréis todos, Cristiano ó Messi ... personas que vivían en la mismísima pobreza detrás de un viejo balón ahora son estrellas y viven de su pasión, el fútbol, y ¿cómo? LUCHANDO.

    Esta reflexión me ha llamado mucho la atención porque no solo os influye a vosotros, si no que a cualquier persona. Día a día muchas personas tienden a engañarse a sí mismos cuando no consiguen algo o no les sale algo bien. El auto-engaño es una manera de tirar la toalla muy simple. No importa que falles una, tres, quince o veinte veces, si es bueno y lo deseas, ¡LUCHA! que llegará y cuando llegue, será de las mayores satisfacciones que podrás recibir nunca.
    Un saludo a todos y ánimo campeones.

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  2. Ahora mismo estoy yo en el centro terapéutico, es la primera vez desde que empecé a consumir, que veo la luz, aún llevo sólo dos meses, pero esta vez me está sirviendo, lo primero porque me encanta el funcionamiento de la terapia impartida, y lo segundo porque ahora sí quiero, otras veces no era la hora de dejar de consumir y tampoco quería, así que voy a aprovechar esta oportunidad y luchar al máximo por salir, para poder volver a ser feliz y llevar una vida normal como la mayoría de las personas. Gracias

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