jueves, 30 de mayo de 2013

Razón contra corazón, y viceversa


         El último comentario de nuestra habitual lectora y amiga Paula en la entrada que hicimos sobre reconocer nuestros errores nos ha encantado y hemos decidido citar también a William Shakespeare en unas frases que ha copiado María a su hija y le han hecho reflexionar. Os las dejamos aquí para que os sirvan de aliento y reflexión también a los demás.

         William Shakespeare decía:

“Siempre me siento feliz, ¿sabes por qué? Porque no espero nada de nadie; esperar siempre duele. Los problemas no son eternos, siempre tienen solución, lo único que no se resuelve es la muerte.

No permitas que nadie te insulte, te humille o te baje la autoestima. Los gritos son el arma de los cobardes, de los que no tienen la razón. Siempre encontraremos gente que quiere culparnos de sus fracasos y cada quien tiene lo que se merece, también hay gente hipócrita que te saludan con un beso y un abrazo….

Hay que ser fuertes y levantarse de los tropiezos que nos pone la vida, para avisarnos que después de un túnel oscuro y lleno de soledad, vienen cosas muy buenas “NO HAY MAL QUE POR BIEN NO VENGA”.

Por eso disfruta la vida porque es muy corta, por eso ámala, sé feliz y siempre sonríe, sólo vive intensamente para ti y por ti y recuerda: Antes de discutir, respira. Antes de hablar, Escucha. Antes de criticar, Examínate. Antes de escribir, Piensa. Antes de herir, siente.

Que quien no valora lo que tiene, algún día se lamentará por haberlo perdido y que quien hace mal algún día recibirá su merecido.

A veces de quienes menos te esperas, es quien te hará vivir buenas experiencias.

Nunca arruines tu presente por un pasado que no tiene futuro.”
         Antes de este texto tan bonito hemos leído “La Historia del Martillo” sacada el libro “El Arte de Amargarse la Vida” de Paul Watzlawick”:

“Un hombre quiere colgar un cuadro. El clavo ya lo tiene, pero le falta un martillo. El vecino tiene uno. Así, pues, nuestro hombre decide pedir al vecino que le preste el martillo. Pero le asalta una duda: ¿Qué? ¿Y si no quiere prestármelo?

Ahora recuerdo que ayer me saludó algo distraído. Quizás tenía prisa. Pero quizá la prisa no era más que un pretexto. Ese hombre alberga algo contra mí. ¿Qué puede ser? Yo no le he hecho nada; algo se habrá metido en la cabeza. Si alguien me pidiese prestada alguna herramienta, yo se la dejaría enseguida. ¿Por qué no ha de hacerlo él también? ¿Cómo puede uno negarse a hacer un favor tan sencillo a otro? Tipos como éste le amargan a uno la vida. Y luego todavía se imagina que dependo de él. Sólo porque tiene un martillo. Esto ya es el colmo.

Así nuestro hombre sale precipitado a casa del vecino, toca el timbre, se abre la puerta y antes de que el vecino tenga tiempo de decir «buenos días», nuestro hombre le grita furioso:

- ¡Quédese usted con su martillo, sinvergüenza!”

“Llevar una vida amargada lo puede cualquiera, pero amargarse la vi-da a propósito es un arte que se aprende, no basta tener alguna experiencia personal con un par de contratiempos.»
         Y es que a veces nos comemos la cabeza nosotros mismos y generamos problemas donde no los hay, predisponiéndonos en negativo, interpretando una mirada, un suspiro, un comentario o una risa y dándole un significado que no tiene. Ya lo dijo Jean de la Bruyere: “LA VIDA ES UNA TRAGEDIA PARA LOS QUE SIENTEN Y UNA COMEDIA PARA LOS QUE PIENSAN”. Dejemos el corazón para bombear sangre y pensemos más con la cabeza.

jueves, 16 de mayo de 2013

Reconocer nuestros Errores

      Hoy en la reunión de convivencia que hacemos los lunes y los jueves por la tarde hemos hablado sobre la importancia de reconocer los errores en el Centro y lo bueno que resulta para nuestra recuperación en la calle.
      Aprovechamos en el blog para tratar el tema y hemos decidido hacer una búsqueda por internet de frases que nos hagan reflexionar sobre este punto. Estas son algunas que nos han gustado.



       Está bien pero preferimos pensar en no justificar las caídas y más en nuestro problema de consumo porque podemos llegar a autoengañarnos.


      Cometer un error nos hace más humanos, tratar de resolverlo nos hace más valientes.


      Cuidado con intentar ser listo y aprovecharte de tus errores, puede hacer que pienses que está por encima de ellos y que controlas la situación. Es mejor ser humilde.


      Esta frase nos parece muy buena, de las mejores. Y una de un Premio Nobel español:


      Para terminar nos hemos dado un repaso nosotros mismos con la idea de pensar en los errores que más cometemos:

- Mateo dice que no da el brazo a torcer con respecto a sus errores. Que los reconoce en privado pero jamás públicamente.
- Poliana siempre pide perdón pero vuelve a hacer lo mismo una y otra vez.
- María no sabe morderse la lengua.
- Iván se acelera mucho y le sale el carácter. No sabe canalizar bien su energía.
- Lydia le da demasiadas vueltas a las cosas, analiza mucho (demasiado) y acaba por mosquearse.
- Martín dice que habla mucho y los demás damos buena fe de ello.

      Hasta la próxima.

viernes, 10 de mayo de 2013

Recaídas

         El tema de hoy lo propone Iván. ¿Por qué recaemos?
-         Por la edad, dice Alberto: “yo a los 20 años estaba ya en el 20 de Valdecilla, todavía no tenía ni idea del carrerón que me esperaba” (ahora tiene 52 años).
-         Por la soledad, dice Elena.
-         “La independencia económica” dice Jaime, “tener pasta” resume Alberto. “Cuando no la tienes nadie te ofrece nada” recuerda.
-         Joaquín dice que por estar aburrido, no tener nada que hacer. “Para poder hacer algo en esta vida hay que tener una base” sentencia Jaime cuando hablamos de la importancia de tener un proyecto de vida y una rutina diaria.
-         Por los problemas en casa o una discusión dice Mar. Por las compañías añade  Joaquín que también dice que la muerte de un ser querido puede ser una buena razón (o mala según se mire).
-         Mar asevera “al final lo hacemos porque nos gusta” y Alberto añade, “todo lo demás son excusas”. Mar tiene la sensación de que “busco algo que me falta, que me llene, y al final acabo cayendo en la trampa”. Discutimos sobre si ese algo es la propia droga que se ha “adueñado” de un rincón de nuestro ser y cada vez que lo dejamos deja ese rincón vacio como un precioso mueble en una esquina de un cuarto de nuestras mentes. Algo que no necesitábamos en nuestras vidas pero que ahora se hace indispensable.
Alberto defiende la idea de que las recaídas no se producen de repente y por si solas sino que “ya te las vas preparando poco a poco tú mismo”. Planteamos entonces la pregunta: “¿cómo te preparas las recaídas?” (qué antecedentes preceden a la vuelta a consumir):
-         “Empiezas a pensar que por un consumo no pasa nada”, “que lo puedes controlar”, “que puedes beber o ponerte de vez en cuando, un fin de semana o en una fiesta o celebración”.
-         Cuando piensas que el tratamiento ya no te sirve para nada.
-         Vuelves a frecuentar lugares o personas que no te convienen. “En el bar estás más pendiente de la cerveza que bebe el de al lado tuyo que del partido” comparte Alberto. Jaime, sin que sirva de precedente, parece estar de acuerdo con él.
-         Cambias una droga por otra. Aparece el famoso dicho “drogadicto mal curado, borracho asegurado”. Jaime confirma “alcohol y cocaína están muy unidos”, igual que el café y el cigarro, añado. Una lleva a la otra y la otra a una. Si estás un poco “chispa” no ves las cosas de la misma manera y “te la puedes preparar en media hora” dice David.
-         Te dejas, no te cuidas y comienzas a descuidar la alimentación, la higiene y las horas de sueño. “¡La dejadez!” exclama Alberto, “y discutes por todo y con todos”. Te encierras en ti mismo y no dejas de justificar tus consumos, “mentira sobre mentira”.
-         “Al final hay gente que cree que está bien porque no está consumiendo tanto como antes, ¿pero déjalo unos días? ¡a ver qué pasa!” dice Jaime.

Puede, entonces que el tener un consumo no signifique te vayas a tener una recaída pero, desde luego, es la antesala de una y mejor no tentar a la suerte. “No dar de comer al bichito porque crece y luego nos devora”. Mejor pensar en el día a día que atormentarnos con pensar en toda la vida sin consumir. Es menos doloroso y más motivador.


         Leemos un texto que solemos usar en dinámica de grupos y escribió Rubén hace mucho tiempo a una persona que salía de alta del Centro. Algo que parece adivinar el futuro de muchos que no han logrado su objetivo y han caído de nuevo en la trampa.
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martes, 7 de mayo de 2013

Cuento para pensar

      Ayer Toñi nos preparó una dinámica con el siguiente cuento-poema para pensar. Esperamos que os guste.
Me levanto por la mañana.
Salgo de mi casa.
Hay un socavón en la acera.
No lo veo
y me caigo en él.
Al día siguiente
salgo de mi casa,
me olvido de que hay un socavón en la acera,
y me vuelvo a caer en él.

Al tercer día
salgo de mi casa tratando de acordarme
de que hay un socavón en la acera.
Sin embargo,
no lo recuerdo
y caigo en él.
Al cuarto día
salgo de mi casa tratando de acordarme
del socavón de la acera.
Lo recuerdo y,
a pesar de eso,
no veo el pozo y caigo en él.
Al quinto día
salgo de mi casa.
Recuerdo que tengo que tener presente
el socavón de la acera
y camino mirando el suelo.
Y lo veo y,
a pesar de verlo,
caigo en él.
Al sexto día
salgo de mi casa.
Recuerdo el socavón en la acera.
Voy buscándolo con la mirada.
Lo veo,
intento saltarlo,
pero caigo en él.
Al séptimo día
salgo de mi casa.
Veo el socavón.
Tomo carrerilla,
salto,
rozo con la punta de mis pies el borde del otro lado,
pero no es suficiente y caigo en él.
Al octavo día,
salgo de mi casa,
veo el socavón,
tomo carrerilla,
salto,
¡llego al otro lado!
Me siento tan orgulloso de haberlo conseguido
que lo celebro dando saltos de alegría ...
Y, al hacerlo,
caigo otra vez en el pozo.
Al noveno día,
salgo de mi casa,
veo el socavón,
tomo carrerilla,
lo salto
y sigo mi camino.
Al décimo día,
justo hoy,
me doy cuenta
de que es más cómodo
caminar...
por la acera de enfrente.
Darse cuenta, por Jorge Bucay,
cuento inspirado en un poema de un monje tibetano, Rimpoché.

lunes, 6 de mayo de 2013

Viaje de Ida y Vuelta. Cuento para Títeres. Estreno este Domingo.

      Hoy nos hemos encontrado en el despacho de educadores esta invitación.
 


      Un grupo de valientes usuarios del Centro comandados por Belén y el equipo de educadores de los fines de semana han preparado una obra de títeres con un fuerte componente terapeútico y seguro que un gran atractivo y mucha diversión. Si es posible no nos la perdemos y si podemos la colgaremos para que todos puedan disfrutar de ella.

jueves, 2 de mayo de 2013

Mitos y Realidades de Pedrosa

       Hoy nos propone Lydia hablar acerca de los mitos que suelen circular en la calle acerca de nuestro Centro, desmentirlos en primera persona y contar la realidad. Esperamos que os aclaren algo más sobre Pedrosa:
-         Mito: en Pedrosa te tienen dormido a base de medicación desde que ingresas.
-         Realidad: nosotros entramos abusando y haciendo un uso incorrecto de la medicación y aquí nos la ajustan correctamente. Y se disminuye progresivamente.
-         Mito: en Pedrosa te tienen encerrado a la fuerza como en un manicomio o una cárcel.
-         Realidad: aquí la gente está por su propia voluntad y pueden marcharse cuando quieran. Siempre estamos en continua actividad de todo tipo y en contacto regular con el exterior una vez que pasas la fase de desintoxicación, que suele durar unas dos o tres semanas (llamadas de teléfonos, salidas, televisión, internet, etc.).
-         Mito: este Centro es una mierda y no vale para nada.
-         Realidad: este Centro está muy bien (recientemente se han rehabilitado todas las instalaciones) y se ayuda a la gente con respeto y educación (¿puede ser que lo diga la gente que ha estado aquí y no ha aprovechado su oportunidad?).
-         Mito: la gente que está ingresada en Pedrosa están todos locos o no sirven para nada.
-         Realidad: de aquí sale gente continuamente totalmente recuperada de su problema y con la cabeza tan bien como para volver a construir una nueva vida.
-         Mito: en Pedrosa los internos se pasan el día llorando por todas las esquinas y culpándose de todos sus problemas.
-         Realidad: aquí tenemos momentos para la alegría y tiempo para la reflexión mejor que en cualquier otro lugar en la calle.
-         Mito: en Pedrosa te comen la cabeza como en una secta.
-         Realidad: la cabeza viene comida de fuera, aquí te ayudan a encontrarte y volver a ser tu mismo. Tú eres el que pides ayuda a los profesionales y ellos te la conceden. Eres libre de elegir en cada momento.
-         Mito: en Pedrosa no te dejan ni fumar tabaco.
-         Realidad: aquí puedes fumar un paquete de tabaco diario y puedes ir reduciéndolo con ayuda de los profesionales si quieres. Cosa que es de agradecer.
-         Mito: en Pedrosa se puede consumir droga porque se lo traen de la calle.
-         Realidad: claro que es posible que alguien meta droga en el Centro pero por supuesto que si alguien se da cuenta de ello, tanto compañeros como educadores, es expulsado inmediatamente y no puede volver a ingresar en seis meses como mínimo. Además aquí se hacen controles de orina y de alcoholemia cada vez que se regresa de una salida aparte de los que se hacen por sorpresa.
-         Mito: en Pedrosa el equipo de los educadores siempre gana el partido de navidad.
-         Realidad: en 2013 ganamos los internos.
-         Mito: en Pedrosa los educadores son muy duros con los usuarios y las normas son muy estrictas.
-         Realidad: cuando ingresas en el Centro te dan unas normas totalmente razonables para tener una convivencia normal y pacífica. Aquel que no las cumple o no es respetuoso con ellas es sancionado con un pequeño castigo o tarea a realizar para que reflexione sobre lo que ha hecho.
-         Mito: en Pedrosa te tienen trabajando gratis para mantener la isla.
-         Realidad: a cada uno se le pide lo que puede dar en las tareas. Nunca se pide más, se colabora para mantener este espacio precioso que tanto nos gusta ver y nos da fuerzas cuando nos levantamos.
-         Mito: en Pedrosa solo se trabaja todo el día.
-         Realidad: aquí tienes consultas con tu psicóloga, médico, educador, orientadora… grupos de terapia, de prevención de recaídas, de habilidades sociales, de relajación, dinámicas de grupos, salidas, de conocimiento personal, reuniones de convivencia, etc. Aquí el que quiere puede reflexionar mucho y bien.
-         Mito: en Pedrosa te resuelven todos los problemas.
-         Realidad: aquí se ayuda a la gente, se le informa, se le aconseja, se le dan herramientas para afrontar sus problemas… pero el que tiene que resolverlos es uno mismo porque es la mejor forma de dar valor a lo que haces.
-         Mito: en Pedrosa Joaquín se va a sacar el carné de la biblioteca.
-         Realidad: llevamos tres meses esperando a que se haga unas fotos. :P
Pd: los mitos son para la gente que no lo tiene claro o viene a Pedrosa a pasar el tiempo pensando que con eso resolverá su vida. La realidad es lo que vemos los que de verdad nos dejamos la piel aquí, día a día, esforzándonos en salir adelante recuperando nuestra vida.