lunes, 24 de marzo de 2014

De paseo por el Parque


     Salida a las 14.30 horas.
     ¡ORGANIZACIÓN! ¿Para qué tantas mochilas? Se preguntaban, yo  para mi decía, y sí el tiempo cambia, sí llegamos más tarde de la cuenta, y el agua, las fuentes donde quedan… por sí a caso yo preveo que ¡para el peso que llevo!
     ¡Vamos! Dijo Pablo empezamos la marcha, marco el paso, dos grupos, cierra Marina, empezamos pues….
  


      Conforme a lo que siempre se ve en el Centro, los grupos estaban bien definidos, los más afines juntos, los simpáticos, habladores, y yo como siempre a mi bola disfrutando del paisaje… haciendo el rodaje al palo de Moisés.


     Llegando a Astillero vi que recogían el parque de atracciones que buenos momento pase de joven, en los autos de coche, con las escopetas de feria, dándole puñetazos a la bola para ver quién era el más fuerte de la cuadrilla, ¡qué tiempos aquellos de grupo y amistad, nos comíamos el mundo!


     Los pájaros cantan, claro ya es primavera y se reclaman las parejas. Pablo: “¡parecéis críos de la mano!”, lo tengo claro, ella tiene marido, no espero nada más que la compañía y la música de una chica y andamos  y más y que sol, quema, no lo suficiente para quitar camiseta, ¿qué le parecería a los demás?, no sé, esperaré a merendar.



     Qué bonito parque, que arboles más exóticos, que te dicen: “Jesús, ya es primavera”. ¡Tumbaros donde queráis, y comer el bocadillo y la manzana! Aquí es cuando los grupos se hacen más evidentes. Después de una travesía, estás agotado y te sueles sentar donde más a gusto te encuentras, ¿habéis terminado? Pues vuelta a casa, tengo ganas de mear ¿dónde lo hago? ¡Será por sitio! Ahora te vas a poner como una niña a la hora de mear donde puedas- la dije.




     La vuelta en cabeza Marina y cierra Pablo, vamos rápidamente, se notó que los de atrás atacábamos al grupo de cabeza, entonces todos juntos y en grupo estábamos mejor, las mismas sensaciones, y este árbol que es Jesús y esa ave ¡ves como cantan los jilgueros y el canario! Casi casi parecido, me decía y pensaba lo hago fatal.

     ¿Por dónde vamos? Por aquí es más rápido, yo haciendo malabarismos a mi bola como me gusta sin compromiso de grupo, por mi cuenta y riesgo, es lo que hago siempre y siempre me la pego.
     
     Qué por aquí se va más rápido dijo Mar, ¿estás segura? No me gustaría pasar por la carretera dijo Pablo, no, que siempre vengo por aquí desde el autobús y es seguro, ¿seguro? No lo tengo claro pero adelante pero adelante. Mar toma la vara de mando, el palo de Moisés y dirige al rebaño. Adelante!! Fiaros de mi!!, no se no sé, pablo…ves como teníamos que andar por carretera!, pero es poco unos 10 metros, bueno, bueno, sigue nos fiaremos y nos condujo, un aplauso para Mar.

 




     ¡Qué ganas tengo de llegar al centro y darme una ducha!, seguro que llego antes que tú. ¿Qué te apuestas?, venga un sprint  hasta el puente, jaja te he ganado. Qué bonita puesta de sol y que no sepamos apreciar estas pequeñas cosas cuando estamos en la calle, tienes toda la razón. Que, ¿quien llega antes a las duchas? tu, Edu o yo, seguro que os gano, no lo creo, vamos adelante… Has hecho trampas Edu por ahí no se puede córame antes ya ya ya… a las duchas chicos yo yo yo va va va va. H2O=0.



Escrito para el blog de los naúfragos de Pedrosa por Jesús.


viernes, 21 de marzo de 2014

HISTORIAS DESDE LA CUERDA FLOJA (1)

   Con el punto de partida de crear historias sobre situaciones que pueden llevar al consumo, incluso a la recaída, nos sentamos en tres grupos de naúfragos.
   Tres grupos, tres historias: ´"La última carrera", "Caída al vacío" y, la que os presentamos ahora, ""Fue el principio de un viaje a una isla".
   Esta historia, la primera, escrita por Mar y Miguel. Esperamos que os guste y os haga reflexionar.




martes, 11 de marzo de 2014

A la Ribera de la Bahía



Jueves 6 de marzo de 2014



      Pasaban un poco de las tres de una tarde espléndida de sol y nos pusimos en marcha. Agua, bocatas y, sobretodo, ganas de pasear.

    Dejando la Isla atrás avanzamos por una senda costera cómoda, con algún repechín sin mucha complicación.

   No saludan unas yeguas y el despegar de un avión mientras bajamos hacia el mar que parece que quiere abrazar nuestros pasos. A la derecha y comienza el verdadero paseo, unos 5,5 kilómetros.



     El tramo inicial es relativamente fácil, vamos a buen paso pero sin prisa y disfrutando del espectáculo. La Isla se ve desde aquí. Astillero y sus grúas, Guarnizo, La Bahía… y el sol, bien alto, por si todavía no tuvieses claro lo bonito que es.



    Bajamar, agua en calma, barcas varadas en la arena. El temporal ha sembrado de basura la orilla pero tampoco mucho más. De vez en cuando nos reagrupamos. Llegamos a las tuberías de la Dynasol de Gajano. Un rato de pista pedregosa, giro un ramal y zona de descanso. La verdad es peor parar. Después de un bonito descenso saboreamos la bahía con Pedrosa ya al oeste y viendo Peña Rabiosa y La Campanuca. De frente la punta de Pedreña a lo lejos y algo de tráfico portuario.





   














   Llegando a Elechas, las piernas ya piden bocata y descanso pero también llegar a destino así que ¡venga chic@s! al retomar la senda cortada, en uno de los enlaces de pista hacemos una paradita junto al campo de golf para soltar un poco y, el que quiso, echar un cigarrín.
    Y ya, a tiro de piedra, cruzamos un bonito tramo, cruzando el barrio de El Monte por una pasarela de madera hasta el muelle de Pedreña. Con ganas de sentarnos, hidratarnos y zamparnos el bocata y el plátano descansamos un ratín para retomar lo andado.
















    El ritmo de vuelta (cosa rara) fue mayor que para llegar allí. Las pìernas se cargaban. La verdad es que la dificultad del terreno no es para tanto porque los desniveles son pocos y pequeños, si hay cambios de piso y buena distancia en total (unos 19 kilómetros entre ida y vuelta).




















    Pies cansados y buenas sensaciones: el avión que, yendo hacia Pedreña, despegaba sobre nuestras cabezas mientras subíamos una cuesta, un par de conversaciones, caminar a dúo en silencio, caminar contra mí y conmigo, un tractor, un bote azul, el barco de Protección civil, la Playa tan cerca… El sol que no molesta tanto, ladra un perro, ríen unos niños… ¿seguimos andando? ¿eh?

Miguel