¡Hemos vuelto! Que nadie piense que
nos habíamos ido a ningún sitio. Ya sabemos que tenemos mensajes por responder y
lo haremos en los próximos días pero hemos estado tomando aire para
sorprenderos con temas nuevos y algunas cosillas más. De momento y de primer
plato os dejamos aquí el artículo que publicó el pasado día 25 de julio El
Diario Montañés sobre el Centro ¡y sobre nuestro blog! Pincha en el enlace para poder leerlo.
De segundo
plato hoy hemos tratado un tema que se deriva de la cantidad de mujeres que
últimamente ingresan en el Centro. Desde que en Pedrosa se tratan las
adicciones (23 años de nada) nunca antes habíamos tenido tantas mujeres ingresadas
(casi la mitad del total) y hemos querido aprovechar para hablar sobre ello.
Todas
de acuerdo en que la relación de los hombres y de las mujeres con las drogas es
diferente en muchos aspectos. “Tiene que ver con algo de las hormonas, lo vi en
un documental que un médico hablaba sobre ello”. “Por eso somos más viciosas
que ellos, aunque son ellos los que nos han metido en este mundo”.
No
en todos los casos, pero sí parece que la mayoría probaron las drogas porque un
hombre o su pareja se las ofreció (quizá con alguna intención oculta, casi
siempre relacionada con el sexo). “Además es curioso porque muy pocas veces una
mujer ofrece droga a otra”.
Esa
relación con las drogas diferente entre hombres y mujeres parece que tiene que
ver mucho con lo que socialmente estaba establecido hace años y aún parece
estar vigente. El hombre es un consumidor más social, “porque sigue estando
peor visto que una mujer se emborrache en un bar”, aunque ahora las chicas y
chicos jóvenes comparten mesa y borracheras en los bares.
¿Y
a la hora de rehabilitarse? ¿Hay diferencias? Parece que sí. “Somos más
fuertes, más seguras y ponemos más ganas que ellos”. “Quizá porque social y
familiarmente estamos más presionadas”. Por desgracia no es lo mismo que un
padre sea adicto y recaiga a que sea una madre. Tener unos hijos que dependen
de ti es más motivador pero también socialmente más exigente, “la gente que te
rodea está más pendiente de ti”.
¿Y
por qué ahora tantas mujeres? ¿Hay más adictas? “No, lo que pasa es que ahora
la mujer ha vencido sus miedos y la vergüenza a reconocer que tiene un
problema”.
Por
último, ¿es peor la convivencia entre mujeres que entre hombres? Aunque las
chicas nos reconocemos como más envidiosas que ellos, el problema no es que
seamos peores sino que los problemas que tenemos entre nosotras los tratamos de
forma directa, los chicos no profundizan en sus conflictos o lo tratan de
manera superficial o hablando con terceras personas.
Palabra
de mujeres. Hasta la próxima.
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